Designa al Estado surgido de la explosión de la ciudad de Roma, que en su época de apogeo, llegó a abarcar desde Gran Bretaña al desierto del Sahara y desde la Península Ibérica al Eufrates, provocando un importante floreciendo cultural en cada lugar en el que el gubernó. En un principio, tras su fundación (según la tradición en 753 a. C.) Roma fue una monarquía etrusca.











